No es necesario que tu empresa sea una startup tecnológica basada en Silicon Valley para contar con una oficina moderna y adaptada a los trabajadores.
De hecho, el concepto “oficina saludable” con una buena calidad del aire interior, del que hablaremos hoy, es una tendencia cada vez más extendida y solicitada, que puede realizarse en cualquier tipo de empresa.
En primer lugar, hace falta remarcar que la vida en la oficina post-pandemia implica un esfuerzo extraordinario en una serie de áreas.
Sin embargo, ya existía una tendencia por construir mejores edificios de oficinas antes del COVID-19. Como nos cuenta Harvard Business Review, un edificio será saludable si cumple unos estándares elevados en estos nueve pilares:
- Ventilación.
- Calidad del aire.
- Salud térmica.
- Humedad adecuada.
- Limpieza e higiene.
- Protección y seguridad.
- Calidad del agua.
- Control del ruido.
- Iluminación y vistas.
Hemos hablado en este blog del Síndrome del Edificio Enfermo y de los efectos dañinos de una mala calidad del aire.
En definitiva, se trata de estandarizar unas normas para elevar el estado del espacio de oficina. Pero también hay otras formas de enfocar esta problemática, que extienden las soluciones al propio empleado.
Llegados a este punto queremos ahondar en un tema que es una constante dentro de nuestro blog que es la calidad del aire interior.
Cada uno de los diez conceptos de WELL v2 tiene unos requisitos esenciales para recibir la puntuación, acompañados de una serie de mejoras que pueden aumentar la nota final. Así que estos esenciales son los preceptos imprescindibles para garantizar que una oficina sea saludable en cuanto a la calidad de su aire:
- Calidad del aire esencial: asegurar los niveles básicos de calidad del aire que determinan las autoridades sanitarias.
- Entorno libre de humos: la guerra al tabaco es una obligación. Por lo tanto, hay que prohibir el tabaquismo en la mayor cantidad de espacios posibles y minimizar la exposición al humo del tabaco en fumadores pasivos
- Efectividad de la ventilación: principalmente, se trata de prevenir los problemas derivados de una mala calidad del aire con una ventilación efectiva y solvente. Asegurar la entrada de aire fresco y reciclado del aire por medios mecánicos o naturales.
- Gestión de la polución por construcción: minimizar la introducción en el aire interior de contaminantes de la construcción (durante renovaciones o construcción de edificios), así como la protección de la degradación del propio espacio de oficinas.