Para poder disfrutar de un aire puro en interiores, lo primero es respetar la correcta renovación del aire.
Por ejemplo, si en invierno usamos la calefacción y cerramos todas las ventanas para que no entre el aire frío de la calle y no contamos con ningún mecanismo para la renovación del aire, pronto ese aire que respiramos perderá calidad y será nocivo para nosotros.
Eso es porque, en casa, hay infinidad de fuentes de contaminación.
El cocinado y la limpieza con productos químicos son las más importantes -y cuando realicemos dichas actividades es importante mantener abiertas las ventanas si no contamos con sistemas de ventilación-, pero desde tener animales en casa hasta nuestra propia presencia ensucia el aire que respiramos.
Por ello, es importante contar con un sistema de ventilación mecánico que se encargue de extraer el aire que haya perdido calidad en el hogar, en todo momento y de manera automática.
De esa manera, se logra la renovación del aire.
Si se trata de un sistema de ventilación de flujo simple la entrada de aire se realizará seguramente por rejillas de ventilación que comunicarán con el exterior, desde donde procederá el aire.
Aun así, es posible que el aire del exterior no sea de la mejor calidad, sobre todo en ciudades muy pobladas con índices de contaminación elevados.
Para ello, la ventilación mecánica de doble flujo puede ser capaz de introducir aire puro en todas las situaciones, ya que impulsa el aire del exterior y lo hace pasar por filtros que lo purifican.
De esa manera, en interiores siempre respiramos aire de la mayor pureza, lo que es fundamental para nuestra salud.