Monóxido de carbono, dióxido de carbono, cloro gas y derivados, compuestos orgánicos, volátiles y partículas en suspensión.
La contaminación en los espacios cerrados está conformada por los contaminantes que se generan en el propio espacio y por los contaminantes que aporta el aire exterior de ventilación.
Los contaminantes que provienen del exterior son tanto de origen natural como artificial. Entre los naturales, encontramos principalmente polen, esporas de hongos o partículas naturales en suspensión derivadas de la erosión de los suelos. Todos estos suelen ser partículas relativamente grandes en términos de filtración y, por tanto, son fáciles de controlar mediante filtración mecánica y sistemas de inactivación, como radiación UV o fotocatálisis.
Entre los de origen artificial, los más relevantes, a día de hoy, son los derivados de los escapes de los vehículos de combustión, que básicamente son monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, partículas en suspensión, ozono y compuestos orgánicos volátiles.
Esta contaminación es retenida en parte por los sistemas de climatización, pero en los espacios interiores también hay elementos que contaminan, por ejemplo: las propias personas que aportan bioefluentes, como el dióxido de carbono, los olores, las bacterias,
etc.; los materiales de construcción y decoración, o las actividades que requieren el uso de productos químicos, como el mantenimiento general y el específico del agua de piscinas.
El aire contaminado, sea en el exterior o en un espacio interior, es un riesgo para la salud, así como un factor de malestar para las personas. El aire exterior se contamina por fuentes artificiales y naturales y poco se puede hacer desde el punto de vista individual para controlarlo, pero en los espacios cerrados con las tecnologías adecuadas y el conocimiento para mantenerlas podemos conseguir una correcta calidad de aire siempre, independientemente de las condiciones exteriores.
La climatización de los locales nos sirve para protegernos de las inclemencias del tiempo, manteniendo unas condiciones termohigrométricas confortables, pero actualmente estos sistemas también nos pueden proteger de la contaminación sea de origen
interior o exterior, y asegurar una calidad de aire interior satisfactoria en todo momento.