A veces, le damos poca importancia al aire que respiramos.
Por dos motivos principales:
- El primero, que quizás el aire sea el único bien necesario totalmente gratuito y disponible en todo momento.
- El segundo, que es fácil que pase inadvertida la respiración. Mientras que alimentarnos o beber puede ser algo disfrutable, del aire no nos solemos preocupar hasta que existe un problema. .
Pero entre respirar aire puro o aire de mala calidad hay muchas diferencias.
No solo en olores, sino que nuestra salud depende de ello.
Respirar es imprescindible para poder vivir, por lo que si nos falta el aire no podemos hacer nada.
Pero no se resume todo a respirar o no, sino que si estamos expuestos a aire de mala calidad podemos enfermar y de manera grave.
Y el problema es importante: se estima que solo una de cada diez personas en el mundo respiran un aire puro. El resto se expone a la contaminación y agentes invisibles que pueden ser muy dañinos.
¿Qué es el aire puro?
Podemos decir que está compuesto más o menos en un 79% de nitrógeno y un 21% de oxígeno, y debe de estar en constante circulación para que mantenga su pureza.
En caso de quedarse estancado puede contaminarse y convertirse en aire viciado, muy dañino para nuestros pulmones.