Las condiciones ambientales en el puesto de trabajo suponen un factor crucial para poder desarrollar la actividad profesional con normalidad, y son muchas las empresas que con el paso de los años cobran conciencia de su trascendental importancia.
Una mala calidad del aire no sólo puede provocar el deterioro del lugar de trabajo, o afectar el rendimiento de los trabajadores en términos cuantitativos o cualitativos, sino también puede desembocar en una degradación de la salud de estos mismos empleados.
Por todo ello, en oficinas, almacenes u otros entornos de trabajo, es importante contar siempre con un buen sistema de filtrado del aire y evitar contratiempos o situaciones de estrés térmico.
En sectores industriales, por ejemplo, donde el trabajo físico tiene una fuerte carga, la ventilación y la climatización del espacio juega un papel básico a la hora de desarrollar cualquier tipo de actividad.
En estos casos, hay veces en que el frío, la lluvia, el fuerte viento o la humedad se convierten en condicionantes negativos del trabajo.
En consecuencia, debe adoptarse un sistema de filtrado del aire efectivo para combatir los factores ambientales externos.
Cuando se realiza una filtración poco efectiva, incluso en épocas del año consideradas como frías, es cuando se puede producir una mala regulación climática que disminuya el confort en el lugar de trabajo o, directamente, el fenómeno antes mencionado del estrés térmico, más frecuente en períodos de calor.
De igual forma que las altas temperaturas veraniegas obligan a acondicionar los lugares de trabajo con equipos de refrigeración para combatir el calor o la humedad, y hasta las administraciones públicas se pronuncian al respecto emitiendo consejos y temperaturas recomendadas, cuando llegan el frío y las primeras lluvias del curso, los espacios profesionales se deben adaptar a las necesidades ambientales específicas que marca la estación otoñal.
Para detectar si un puesto de trabajo está acondicionado de forma óptima hay que tener en cuenta una serie de factores que determinan su climatización:
- Temperatura del aire
- Aislamiento de la lluvia
- Humedad relativa
- Velocidad del corriente de aire
- Radiación
- Actividad metabólica
- Tipo de ropa de los empleados (su emisividad y su radiación)
Además, en el contexto actual marcado por las consecuencias del cambio climático, entre las que se cuentan un índice mayor de lluvias torrenciales, los lugares de trabajo, en especial aquellos que se encuentren en zonas inundables o locales no elevados, deben contar con barreras de inundación.
Es importante que en los lugares de trabajo la ventilación siempre sea correcta y adopte un papel clave a la hora de prevenir todos los efectos producidos por el aire, más todavía cuando este puede ir acompañado de agua. Una buena filtración puede ayudar a reducir los riesgos laborales y garantizar un entorno más seguro, confortable y productivo para todos los trabajadores.
A la hora de escoger un nuevo sistema de ventilación debe tenerse en cuenta el objetivo principal del mismo. Mientras que para la purga del aire contaminado se usa el método por dilución, para la eliminación del exceso térmico se utiliza un sistema de ventilación preparado para el control del calor.
