Los colectores húmedos, o depuradores, cuentan con gran variedad de diseño, con una presión que oscila desde las 1.5inwg hasta las 100″inwg. Generalmente la eficiencia depende de la energía utilizada en el contacto aire-agua y es independiente del principio de funcionamiento.
Los colectores húmedos tienen la capacidad de manejar altas temperaturas y gases cargados de humedad, en este caso la acumulación de polvo en una humedecida forma un problema de polvo secundario en la eliminación de material recolectado.
Algunos polvos representan explosión o fuego cuando se seca, por eso la recolección húmeda minimiza el peligro; sin embargo, el uso de agua puede introducir condiciones corrosivas. Algunas limitantes de estos sistemas son el congelamiento que se presenta cuando los colectores se encuentran al aire libre en climas fríos.
Los colectores húmedos tienen una característica que no se encuentra en otros colectores: la capacidad inherente de humidificar que consiste en el proceso de agregar vapor de agua a la corriente de aire a través de evaporación aunque puede tener ventajas o desventajas dependiendo de la situación.
Cuando la corriente de aire inicial está en una temperatura elevada y no saturada, el proceso de la evaporación reduce la temperatura y el flujo volumétrico de la corriente de gas que sale del colector, por lo tanto el ventilador debe seleccionarse para operar en el lado de aire limpio del colector y por ende tiende a ser mas más pequeño y definitivamente requerirá menos energía esta es una de las ventajas obvias de la humidificación.