La mejor solución para evitar las humedades por condensación es asegurarnos de que estamos proporcionando una ventilación adecuada a nuestra vivienda. Si la distribución no facilita una ventilación natural cruzada se hace necesario la instalación de un sistema de ventilación mecánica que mantenga el espacio habitable con un aire de calidad. Otras medidas que se pueden utilizar son.
- Mantener cerradas la cocina y los cuartos de baño para evitar que el vapor pueda extenderse
- Ventilar con frecuencia los cuartos de baño y la cocina si disponen de ventanas
- No bloquear las salidas de aire con la colocación de muebles o electrodomésticos
- Mantener la calefacción a un nivel bajo durante un periodo de tiempo bastante largo
La humedad por condensación se origina cuando el vapor de agua que contiene el aire del interior en un edificio se condensa. Este tipo de humedades se forman en una superficie fría, o al menos en una superficie cuya temperatura es inferior a la del punto de rocío del aire que la rodea. Este punto varía en función de la temperatura que hay en el ambiente, siendo más frecuente en las zonas más frías, principalmente en las fachada y en materiales con una superficie pulida como pueden son los cristales de las ventanas o los alicatados de un cuarto de baño. De esta forma, lo que al principio se limita a un problema estético acaba derivando en una amenaza para la salud que puede provocar la aparición de moho y ácaros.
La humedad por condensación suele manifestarse por la noche que es cuando los materiales de un edificio se enfrían. Su aparición es más frecuente en determinados componentes de la construcción: las carpinterías con una sola hoja de vidrio son más propensas que las que tienen vidrio doble con cámara de aire. Cuando el cerramiento de fachada es de ladrillo hueco con cámara de aire, es imprescindible ventilarla para evitar condensaciones, ya que es allí donde el aire húmedo y caliente se mezcla con el aire frío que procede del exterior.