Se calcula que el aire interior puede ser de dos a cinco veces más contaminado que el aire exterior, por esto proteger el aire en interiores es en gran medida, responsabilidad de los propietarios de viviendas. Mientras que muchas fuentes son bastante obvias y conocidas, como por ejemplo el humo de fumadores y el monóxido de carbono, existen fuentes secretas de contaminación que cualquier propietario debe tener en cuenta. A continuación te presentamos algunas de las más sorprendentes:
Pintura
La pintura con plomo es un peligro bastante conocido.
Las casas más viejas, sin embargo, todavía tienen pintura con plomo en las paredes y el deterioro, las grietas y la pintura descascarada puede producir polvo contaminado con plomo. El plomo puede causar daño cerebral permanente, por lo que el mantenimiento de la pintura vieja es de vital importancia.
Sin embargo las pinturas nuevas liberan también compuestos orgánicos volátiles que pueden tener una serie de efectos sutiles en la salud si se inhalan, incluso en dosis bajas, durante un largo período de tiempo.
La ventilación es una de las claves para reducir los daños producidos por liberación de gases, pero la mejor opción es elegir una pintura de bajos compuestos orgánicos volátiles, a veces llamados VOC (por sus siglas en inglés) o que no tengan VOC.
Alfombras
¿Qué hay de malo en una alfombra? En primer lugar, lo obvio: es un puerto de ácaros, caspa de mascotas, polvo, hongos y otras partículas para nada saludables que pueden irritar los pulmones, provocar ataques de asma o ataques alérgicos.
Menos obvia es la presencia de productos químicos sospechosos utilizados para la fabricación de alfombras. El más común es el formaldehído, que no sólo irrita la nariz y la garganta, produce ataques de asma y causa otros daños en los pulmones, sino que también, con base en estudios de laboratorio con animales, causa cáncer.
Productos de Limpieza
Botellas de spray, esponjas y productos de limpieza que eliminan la suciedad se suponen que dejan tu hogar más limpio, pero muchos de ellos también pueden introducir compuestos perjudiciales en el aire.
Lo primero que hay que decir es: nunca mezcles un producto de limpieza a base de cloro con un limpiador a base de ácido, como vinagre o amoníaco. Ni siquiera limpies la misma superficie con uno y luego con el otro. El resultado de la mezcla de estos dos productos de limpieza es el potente gas de cloro. El punto más importante, sin embargo, es que muchos productos de limpieza contienen disolventes potentes, pesticidas, antibióticos y otros productos químicos desagradables. El cloro es tóxico. Muchos productos de limpieza del hogar se pueden hacer con recetas sencillas de vinagre, bicarbonato de sodio y similares que van a hacer muy bien el trabajo sin correr riesgos.
Armarios y muebles
Armarios, muebles, estanterías, mostradores y cualquier otro artículo en tu casa hecho con madera prensada, estará probablemente pegado con cola que contiene formaldehído.
Para evitar el formaldehído, evita los productos de madera prensada a menos que sepas que están libres del mismo.
La estufa de cocina
El simple acto de cocinar en la estufa, en particular, una estufa de gas, puede introducir niveles peligrosos de dióxido de nitrógeno en el aire, lo que aumenta el riesgo de ataques de asma y otras enfermedades respiratorias.
La mejor solución es simplemente una ventilación adecuada de la estufa de manera que los orificios de ventilación queden al aire libre.