Los sistemas monozona son excelentes para grandes áreas, ¿Pero qué ocurre cuando nos encontramos con edificaciones de diferentes estancias? Para ello, es necesario utilizar sistemas de ventilación multizona.
Este tipo de instalaciones son las ideales cuando nos encontramos con varias áreas compartimentadas que requieren tratamientos de ventilación individualizados. Por ejemplo, en una edificación completa serán necesarios los sistemas multizona. Algunos ejemplos son los siguientes:
- Bloques de viviendas con diferentes configuraciones.
- Oficinas con despachos separados de áreas individuales.
- Servicios colectivos.
Los sistemas multizona son mucho más complejos que los sistemas monozona, ya que estos segundos son independientes y pueden adaptarse a las lecturas de un único valor. En cambio, los multizona han de interpretar si en una sala es más importante controlar el volumen de personas o el nivel de humedad, y además adaptar el caudal a toda situación.
Igualmente, cuentan con sensores de CO2, de presencia, de temperatura o de humedad, entre otros. Y también con un controlador que dará las instrucciones necesarias al ventilador.
Los edificios con sistemas de ventilación multizona han de ofrecer una ventilación diferente según la demanda en cada zona. Y todo ello afectará a la presión que ejercerá el sistema. Los ventiladores se adaptan a las necesidades para también ofrecer una mayor eficiencia energética, gracias a controlar en todo momento las necesidades reales de cada estancia.
Los sistemas multizona y monozona parten de la demanda controlada de ventilación, que son sistemas de ventilación compuestos por ventiladores de bajo consumo y elementos electrónicos como los reguladores de velocidad, los convertidores de frecuencia, los detectores de presencia, sensores de CO2, compuertas motorizadas y las bocas de aspiración de dos caudales.
Dentro de la demanda controlada de ventilación en sistemas monozona o multizona, los sistemas más eficientes son los de ventilación mecánica de doble flujo.
Gracias a ellos, es posible lograr respirar un aire de calidad al controlar, en todo momento, las necesidades de todas las estancias del edificio. En el caso de aumentar los niveles de CO2 o la temperatura, el sistema se adapta a lo que realmente necesita cada estancia y extrae en cada una de ellas el aire viciado que pueda almacenarse. Igualmente, mejoran la eficiencia energética gracias a poder calentar el aire frío del invierno en exteriores y enfriar el que encontramos en verano.
Es por ello que, en los edificios de mayor eficiencia energética, es necesario contar con sistemas de ventilación de doble flujo.