Los sistemas de ventilación mecánicos han de controlar el flujo de aire en todas las estancias de una edificación.
Y precisamente una de las claves de la ventilación es que no se creen zonas de fuga y se disfrute de las mismas condiciones en todas las partes de los hogares o las oficinas.
Es por eso que, dependiendo del tipo de edificación que se trate, podremos encontrar sistemas monozona de ventilación, para lugares más homogéneos, y también sistemas multizona para proyectos que requieran más configuraciones y cuyas habitaciones tengan necesidades muy diferentes.
En líneas generales, la ventilación mecánica en sistemas monozona se refiere a sistemas más homogéneos, mientras que la ventilación multizona es la que encontramos en espacios mayores con diferentes necesidades.
Empezando con los sistemas monozona, podemos definirlos como aquellos en los que el espacio a ventilar se compone únicamente de un gran área sin muchas divisiones importantes. Por ejemplo:
- Los espacios comerciales amplios requieren de sistemas monozona.
- Una sala de oficinas que no estén separadas, y despachos que requieran el mismo tipo de ventilación.
- Zonas de baños de las mismas características.
- Espacios de convenciones o grandes salas.
Los sistemas de ventilación monozona varían el caudal de extracción de aire en función de los valores que recojan las sondas y medidores. Por ejemplo, el nivel de dióxido de carbono, la temperatura o la humedad variarán el flujo de aire, si bien también puede ser la presencia de personas o la programación que se realice en el sistema.
Normalmente, los sistemas monozona se componen de los siguientes elementos:
- Sensores y medidores. Pueden ser de presencia, temperatura, humedad o CO2, entre otros.
- Caja de control. Se encarga de recibir las lecturas de las sondas y los medidores y luego aplica las necesidades programadas para ofrecer un caudal en función de las necesidades de las estancias.
- Ventilador. Normalmente, en los sistemas de monozona es posible utilizar varios modos de control diferentes para adaptarse a los locales a ventilar.
Normalmente, los sistemas monozona garantizan siempre un mismo caudal de ventilación, adaptándose a las circunstancias de cada momento. Pueden ofrecerse diferentes pérdidas de carga, por ejemplo cuando se ensucien los filtros, y por ello es importante incorporar un caudal constante que se sepa adaptar a las necesidades de cada momento. Por ejemplo, es habitual en hospitales, ya que con un caudal constante es posible aumentar la presión de ventilación para compensar las pérdidas de carga.