Ahora bien, aunque nos enfrentamos a un virus muy contagioso, es posible reducir al mínimo las posibilidades de contraer esta grave enfermedad. Para ello, es muy importante tener en cuenta todas las recomendaciones tanto de las autoridades como de los médicos.
Aunque es cierto que, de momento, el riesgo 0 no existe, si tienes en cuenta las siguientes precauciones y buenas prácticas, las probabilidades de contagio disminuyen. Son las siguientes:
- Mantén, al menos, un metro y medio de distancia con otras personas, estén sanas o no.
- Usa mascarilla cuando vayas por la calle y siempre que estés en espacios cerrados con otras personas.
- Decide muy bien dónde irás, el tiempo que vas a permanecer en cada lugar y también con quien vas a coincidir.
- Lávate las manos con frecuencia. Cuando no puedas hacerlo con agua y jabón, utiliza una solución de gel hidroalcohólico.
- Evita tocar superficies cuando estás fuera de casa. Si lo haces, desinfecta tus manos con gel hidroalcohólico y no te toques los ojos, la nariz o la boca.
- Si tienes que estar en espacios cerrados con personas con las que no convives, ventila constantemente con un sistema de ventilación mecánico, asegurando una alta frecuencia de renovación del aire.
- Si toses o estornudas, cubre tu rostro con un pañuelo desechable y tíralo cuanto antes. Si no tienes uno a mano, hazlo en la cara interior del codo.
- Al hablar alto o cantar se emiten más aerosoles que al permanecer en silencio o hablar bajo. Así, una medida sencilla y eficaz para reducir el riesgo de contagio es el silencio. Hay espacios en los que es de sencilla aplicación, como en el transporte público o en el interior de salas de espera.