En tiempos en que las personas pasan cada vez más tiempo al interior de sus viviendas, oficinas y otros espacios cerrados, es importante garantizar que estemos ofreciendo entorno seguros y saludables, especialmente en interiores diseñados para la infancia y la tercera edad.
Existe un compuesto químico que ha ganado cierta popularidad durante los últimos años, ya que está presente en varios de los materiales que dan forma a los espacios que habitamos, influyendo directamente en la calidad del aire que respiramos: el formaldehído.
¿Dónde se encuentra este gas?
Sin embargo, en interiores residenciales también se puede encontrar en:
- En forma gaseosa, por emisiones de dispositivos no ventilados que queman combustible, como estufas a gas, leña o queroseno.
- Adhesivos, pinturas, lacas, telas con prensados permanentes y algunos tipos de revestimientos y acabados.
- Conservantes utilizados en algunos medicamentos, cosméticos y productos de limpieza como lavavajillas y suavizantes de telas.
- Diversos fertilizantes y pesticidas.
- Humo de cigarrillos. Por lo tanto, es imprescindible evitar fumar en interiores.
- Productos de madera prensada, hechos con adhesivos que contienen resinas de urea-formaldehído (UF).
- Productos de madera aglomerados, utilizados bajo los pisos, o en estanterías, armarios y muebles.
- Paneles de madera contrachapada, utilizados para revestimientos decorativos de paredes y utilizados en armarios y muebles.
- Tablero de fibra de densidad media o MDF, utilizados para frentes de cajones, armarios y encimeras de muebles. Estos tableros contienen una mayor proporción de resina que cualquier otro producto prensado con UF y por lo tanto presenta una mayor emisión de formaldehído.
La EPA recomienda el uso de productos de madera prensada de grado exterior (“exterior-grade pressed-wood) a fin de limitar la exposición al formaldehído en el hogar.
Estos productos emiten menos formaldehído porque contienen resinas de fenol, en lugar de resinas de urea.
Antes de comprar productos de madera prensada, como materiales de construcción, gabinetes, armarios y muebles, los compradores deben preguntar sobre el contenido de formaldehído de estos productos.
Los niveles de formaldehído en las casas pueden también reducirse al asegurar una ventilación adecuada, temperaturas moderadas y la reducción de los niveles de humedad con el uso de aire acondicionado y deshumidificadores.
Maximizar la ventilación es prioridad
Los niveles de emisión de formaldehído pueden aumentar en ambientes cálidos y húmedos.
Por lo tanto, controlar estos factores puede contribuir significativamente a la reducción de riesgos.
La ventilación natural es siempre bienvenida, y es un aliado fundamental en la búsqueda de reducir los efectos de la liberación de formaldehído en entornos cerrados.
Si no es fácil contar con una buena ventilación natural, es posible incorporar aire acondicionado, deshumidificadores o generadores de ozono.
Teniendo en cuenta dicha información, contar con una buena ventilación y garantizar aire interior libre de químicos y patógenos es crucial para generar espacios residenciales seguros.
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