Desde la década de 1980, el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), ha llevado a cabo estudios para determinar si hay una asociación entre la exposición ocupacional al formaldehído y un aumento del riesgo de cáncer.
Los resultados de estas investigaciones han proporcionado a la EPA y a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (Occupational Safety and Health Administration, OSHA) información necesaria para evaluar los posibles efectos en la salud de la exposición al formaldehído en el lugar de trabajo.
Los efectos a largo plazo de la exposición al formaldehído se han evaluado en estudios epidemiológicos (estudios que tratan de descubrir los patrones y las causas de enfermedades en grupos de personas).
Un tipo de estudio epidemiológico se llama estudio de cohorte.
Una cohorte es un grupo de personas que tienen distintos tipos de exposición a un factor en particular, como lo sería el formaldehído, y se les hace seguimiento durante un tiempo para observar si llegan a presentar alguna enfermedad.
Hay otro tipo de estudio epidemiológico que se llama estudio de casos y controles.
Los estudios de casos y controles se inician con personas que reciben el diagnóstico de determinada enfermedad (casos) y se comparan con personas sin la enfermedad (controles).
El objetivo es tratar de identificar las diferencias en ciertos factores, como la exposición al formaldehído, que podrían explicar por qué los casos presentaron la enfermedad y los controles no.
Los resultados de varias encuestas del NCI entre profesionales con posible exposición al formaldehído en el lugar de trabajo, como anatomistas y embalsamadores, indicaron que estas personas tienen un riesgo mayor de padecer leucemia y cáncer de cerebro que la población general.
No obstante, no se caracterizaron prácticas de trabajo ni exposiciones específicas en estos estudios.
En un estudio de casos y controles del NCI de trabajadores del sector funerario que caracterizó la exposición al formaldehído, también se halló una asociación entre una mayor exposición al formaldehído y la mortalidad por leucemia mieloide.
Para este estudio, que se llevó a cabo con trabajadores del sector funerario que habían muerto entre 1960 y 1986, los investigadores compararon a quienes habían muerto por cánceres hematopoyéticos y linfáticos y tumores cerebrales con quienes habían muerto por otras causas.
Los cánceres hematológicos o hematopoyéticos, como la leucemia, se presentan en la sangre o en la médula ósea. Los cánceres linfáticos se forman en los tejidos y órganos que producen, almacenan y transportan los glóbulos blancos que combaten infecciones y otras enfermedades.
Este análisis mostró que quienes habían realizado más embalsamamientos y aquellos con una mayor exposición estimada al formaldehído presentaron el mayor riesgo de leucemia mieloide.
No se encontró relación con otros cánceres del sistema linfático o hematopoyético, ni tampoco con el cáncer de cerebro.
Recientemente han finalizado varios estudios de cohorte en los que participaron trabajadores con exposición al formaldehído.
En un estudio, llevado a cabo por el NCI, se observó a 25 619 trabajadores de sectores industriales con posibilidad de haber estado expuestos por su ocupación al formaldehído, y se hizo una estimación de la exposición a la sustancia química de cada trabajador durante sus tareas laborales.
Los resultados demostraron un aumento del riesgo de muerte por leucemia, en particular, leucemia mieloide, en los trabajadores expuestos al formaldehído.
Este riesgo se asoció a un aumento de los niveles máximos y promedios de la exposición, así como a la duración de la misma, pero no se relacionó con la exposición acumulada.
Se usaron datos adicionales de los mismos trabajadores, obtenidos durante 10 años, para realizar un estudio de seguimiento publicado en 2009.
Este análisis demostró nuevamente una posible relación entre la exposición al formaldehído y los cánceres de los sistemas linfático y hematopoyético, particularmente, la leucemia mieloide.
Al igual que con el estudio inicial, el riesgo era mayor al principio del período de seguimiento. Los riesgos se redujeron de manera constante con el tiempo, de tal manera que el riesgo acumulado de exceso de leucemia mieloide ya no era estadísticamente significativo al final del período de seguimiento. Los investigadores señalaron que se habían observado patrones de riesgo similares con el tiempo en otras sustancias que se sabe causan leucemia.
Un estudio de cohorte de 11 039 trabajadores textiles realizado por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (National Institute for Occupational Safety and Health, NIOSH) también encontró una relación entre la duración de la exposición al formaldehído y las muertes por leucemia. Sin embargo, la comprobación científica sigue siendo contradictoria debido a que en un estudio de cohorte de 14 014 trabajadores británicos de la industria no se encontró una relación entre la exposición al formaldehído y las muertes por leucemia.
El formaldehído pasa por cambios químicos rápidos inmediatamente después de su absorción. Por esta razón, algunos científicos piensan que no es probable que el formaldehído tenga efectos en ningún otro sitio más que en las vías respiratorias superiores. De todas maneras, algunos estudios de laboratorio parecen indicar que el formaldehído podría afectar los sistemas linfático y hematopoyético. A partir del análisis de datos epidemiológicos, tanto de estudios de cohorte y de casos y controles como de datos experimentales de investigaciones de laboratorio, los investigadores del NCI han concluido que la exposición al formaldehído puede causar leucemia en los seres humanos, en particular, leucemia mieloide.
Además, varios estudios de casos y controles, así como el análisis de una cohorte industrial de gran tamaño del NCI (6), han encontrado una relación entre la exposición al formaldehído y el cáncer de nasofaringe, si bien algunos estudios no llegaron a la misma conclusión. Los datos provenientes del seguimiento que se alargó a la cohorte del NCI indicaron que persistió el exceso de casos de cáncer de nasofaringe observado en el informe anterior.
En análisis previos de la cohorte del NCI se encontró que hubo más muertes por cáncer de pulmón en trabajadores industriales en comparación con la población general de EE. UU. Sin embargo, el índice de muertes por cáncer de pulmón no aumentó con grados más elevados de exposición al formaldehído. Esta observación llevó a los investigadores a concluir que otros factores, diferentes a la exposición al formaldehído, pudieron haber causado el aumento en el número de muertes. Los datos más recientes sobre el cáncer de pulmón provenientes del estudio de cohorte no muestran ninguna relación entre la exposición al formaldehído y la mortalidad por cáncer de pulmón.
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