Las consecuencias de este mal son muchas para las familias afectadas, entre las que se encuentran problemas como los siguientes:
- Existe una pérdida de confort al no poder afrontar un gasto importante en energía.
- Es posible desarrollar problemas de salud debido a una insuficiencia energética, como puede ocurrir por mantener los hogares en una temperatura demasiado baja en invierno.
- En verano pueden desarrollarse patologías relacionadas con un exceso de calor, que pueden ir desde mareos hasta problemas con la piel.
- Las casas que son pobres energéticamente suelen fomentar problemas de humedad o de aire viciado.
Sin embargo, la pobreza energética no está relacionada únicamente con la crisis económica y el aumento del precio de los suministros junto a un empobrecimiento de la sociedad.
Si bien los agentes sociales se han centrado en este aspecto inmediato por su importancia, la pobreza energética nace de diversas deficiencias en la construcción de los edificios, una mala ventilación y por haberse edificado buscando un ahorro económico y nunca pensando en la eficiencia de los hogares.