Las cortinas de aire son la solución de ventilación idóneas para evitar las pérdidas de calor a través de ventanas o puertas de grandes dimensiones. Estos equipos crean una barrera invisible separando el ambiente exterior del interior de una estancia o recinto con el fin de evitar las pérdidas de calor a través de ventanas o puertas de grandes dimensiones.
Existen otras definiciones como la de Ashrae – American Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers – que describen las cortinas de aire como “una corriente de aire controlada unidireccionalmente, que se mueve a través de toda la altura y ancho de una abertura, lo que reduce la infiltración o transferencia de aire de un lado de la abertura al otro y que, además, impide que los insectos voladores, el polvo o la suciedad penetren en el interior de la estancia”.
En cualquier caso, este tipo de sistemas contribuyen a generar unos espacios confortables reduciendo las corrientes de aire, regulando la temperatura interior y optimizando la eficiencia energética y el consumo de energía.
Cómo funciona una cortina de aire
Como ya hemos comentado, la cortina de aire tiene como función separar la temperatura ambiente que disfrutamos dentro de una estancia de la que hay en el exterior por medio de una “barrera” de aire. Estos sistemas, de apariencia similar a los del aire acondicionado, funcionan de manera distinta.
Estos dispositivos, ubicados generalmente en la parte superior de las entradas a un local o establecimiento, cuentan con una rejilla de entrada de aire que es comprimido por los ventiladores internos y dirigido hacia la rejilla de salida orientada hacia el acceso donde se encuentra colocada la cortina.
Pueden ser de distintos tipos:
- De funcionamiento continuo
- Pueden ser accionados de forma manual y con mando a distancia
- Pueden accionarse automáticamente con la apertura de las puertas mediante unos sensores
Además, este tipo de dispositivos pueden expulsar el aire en diferentes direcciones (descarga vertical y descarga horizontal) en función de las necesidades de cada local o estancia y pueden también incorporar una resistencia eléctrica para calentar el aire. La instalación horizontal integrada en el suelo es la más efectiva en términos termodinámicos, pero es la opción más cara por su instalación y más problemática para los peatones al cruzar la puerta. Solo se suele utilizar en algunas aplicaciones industriales especiales.