En la actualidad existen un buen número de estudios que cifran la cantidad adecuada de dióxido de carbono en los hogares, habitaciones y otros edificios entre las 400 ppm y las 800 ppm.
Es importante para disfrutar de buena salud y para que el hogar resulte confortable. Hay algunos consejos que se pueden tener en cuenta y que te ayudarán a reducir la presencia de CO2 en tu vivienda:
- Calentadores de agua. Es fundamental que los calentadores de agua funcionen de manera correcta. Debes tener en cuenta que los eléctricos emiten CO2 y por lo tanto conviene revisarlos de manera periódica.
- Calefacción. Es preciso revisar la eficacia de los sistemas de calefacción para no tener que utilizarlos a mayor rendimiento del necesario.
- Electrodomésticos. Se recomienda limitar el uso de electrodomésticos a gas lo máximo posible.
En el mercado puedes encontrar medidores de dióxido de carbono. Son aparatos muy sencillos de utilizar y que te ayudarán a determinar si en tu hogar la presencia de CO2 es la adecuada, así podrás tomar las medidas que sean necesarias.
Además, si tienes cualquier duda relacionada con este asunto, ponte en contacto con nuestro equipo de expertos que podrá darte el asesoramiento que necesitas.
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¿Cuáles son las consecuencias del dióxido de carbono en el interior de edificios y viviendas?
Está claro que una gran cantidad de CO2 en una vivienda provoca que la calidad del aire no sea buena o que incluso llegue a ser mala. Pero a demás, puede afectar directamente a la salud de quienes habitan la vivienda o el edificio. El dióxido de carbono en el interior de edificios y viviendas puede ocasionar problemas físicos a nivel renal y óseo, también estrés.
Cuando los niveles de CO2 son muy altos, entre 1.000 y 2.000 ppm, la persona puede notar somnolencia. Si dichos niveles son aún más elevados, se pueden sentir dolor de cabeza, náuseas, incremento de la frecuencia cardíaca y problemas para concentrarse.