Es momento de descartar esa idea de que la contaminación y los problemas de salubridad del aire están únicamente en el exterior. Estudios recientes han demostrado que la calidad del aire interior no solo está lejos de ser la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sino que se deteriora notablemente con ciertas actividades cotidianas. Teniendo en cuenta que pasamos alrededor del sesenta por ciento de nuestro tiempo dentro de casa, conviene tomar nota de qué se puede hacer para mejorar la calidad del aire en una vivienda y qué actuaciones se deben evitar.
Actividades que deterioran la calidad del aire en una vivienda
Ventilar, esa es la única actividad que realmente contribuye a mejorar la calidad del aire en una vivienda. Y, por supuesto, además de abrir las ventanas, la forma más efectiva de renovar el aire es mediante la instalación de un sistema de ventilación mecánica. Las ventajas que aportan estos sistemas en materia de salubridad, confort e, incluso, ahorro energético, son incontestables. Pero, no podemos olvidar que también es esencial reducir al mínimo los factores que aumentan esa contaminación del aire interior. Estas son las medidas que todos podemos adoptar y que está comprobado que funcionan:
Evitar al máximo los limpiadores domésticos, a la cabeza de los factores que más contaminan el aire de nuestra casa. Hay que evitar el uso de productos químicos, especialmente en formato de aerosoles. Entre los más tóxicos están la lejía, los ambientadores, detergente de lavadora y lavavajillas, productos de limpieza en seco, limpiahornos, y productos para pulir y abrillantar.
Reducir el uso de los electrodomésticos. Se trata de limitar las veces que se pone lla lavadora o el lavavajillas, por ejemplo, a las verdaderamente imprescindibles. Un dato interesante: un lavado a máquina eleva de 2.2 µg / m3 a 109.7 µg / m3 los niveles de PM 2.5. Una sesión de plancha, por otro lado, eleva de 109 ppb a 1,892 ppb la concentración de VOC.
Elige con cuidado tus cosméticos. Muchos de los productos de higiene y belleza son altamente contaminantes. El caso más curioso es el de los esmaltes y acetonas para las uñas: una manicura incrementa de 200 ppb a 8.514 ppb el nivel de VOC. Y cuando sea imprescindible utilizar este tipo de productos, conviene ventilar convenientemente la casa después de su uso.
Prácticamente todo lo que hacemos o tenemos dentro de nuestra casa contribuye a deteriorar la calidad del aire interior. Reducir las actividades que más contaminan y seleccionar bien los productos y materiales que entran en nuestro hogar son dos medidas que debemos interiorizar y trasladar a nuestro día a día. Y, junto a ellos, asegurarnos de contar con la mejor ventilación en nuestra vivienda.