Las rejillas tienen unos objetivos que son contrapuestos en muchos aspectos, por lo que se debe de buscar una solución de compromiso que garantice un adecuado comportamiento.
En el caso de rejillas para impulsión de aire estas deben presentar, entre otras, las siguientes características:
- baja pérdida de carga a través de ellas
- buen sistema de distribución de aire en la estancia
- bajo impacto acústico
- baja o nula presencia de vibraciones
- facilidad para su mantenimiento y limpieza
El aire expulsado a la estancia debe distribuirse de la forma más homogénea posible y evitar la formación de zonas que se encuentren sin ventilación, por lo que el diseño de las lamas es clave para lograr una adecuada operativa. Además el aire, pese a que debe de distribuirse lo mejor posible, no puede ser impulsado con velocidades excesivas que causen problemas e incomodidad a los usuarios del edificio. Los perfiles aerodinámicos utilizados permiten que se pueda buscar una solución de compromiso entre distribución del aire, velocidad y nivel acústico. El aire con una elevada velocidad, mediante por ejemplo el uso de secciones muy pequeñas en comparación con las anteriores, permite difundir mejor el aire en la estancia, pero puede causar problemas de ruido o vibraciones.
Dado que las rejillas son el elemento final de la instalación y que por ello se ubican en diferentes estancias, se debe de buscar un diseño que permita una sencilla integración visual con el entorno, para lo que se diseñan con múltiples acabados, formas, perfiles, materiales y colores. Su material de fabricación puede ser metálico (generalmente de aluminio) o con plásticos. En función del tipo de sistema de ventilación elegido tendremos más o menos rejillas de ventilación en la vivienda, siendo este un aspecto clave a la hora de lograr una buena integración arquitectónica.
Analizando la tipología de rejillas para los diferentes sistemas de ventilación usados de forma más común tendremos:
1.Ventilación de flujo simple: en este caso la extracción se lleva a cabo mediante un conducto y la admisión de aire se produce por infiltración, utilizando para ello las pequeñas fisuras y elementos no estancos del edificio, y rejillas, situadas normalmente encima de las ventanas. Estas rejillas no tienen conectado ningún tipo de conducto ni accionamiento mecánico, sino que directamente comunican con el exterior del edificio. El aire se distribuye internamente en la vivienda, desde los cuartos de entrada (secos) hasta llegar a la zona de extracción, en baños y cocinas, mediante conducto. Es en esta zona donde contaremos con una rejilla por cada abertura, para la extracción final del aire. Estas suelen ser de sección circular y están pensadas para minimizar el impacto visual en los baños o cocinas. Es importante mencionar que a nivel interno de la vivienda pueden existir rejillas que permitan la circulación adecuada del aire entre las estancias de entrada de aire (secas) y las de extracción, estando situadas habitualmente en las puertas.
2. Ventilación de doble flujo: en estos sistemas se produce una impulsión de aire mediante conducto a las estancias, lo que hace que exista una rejilla de admisión en las mismas, situada normalmente en los techos o paredes. Estas rejillas pueden ser bajo perfil y múltiples acabados, facilitando la colocación e integración en cada estancia. Estas rejillas tienen además la función aerodinámica de lograr una difusión de aire muy buena por la estancia, evitando la presencia de zonas muertas o de sombra, que tendrían una aportación de aire inferior a la requerida o incluso nula. En función del tamaño de la estancia puede ser necesario el uso de varias rejillas para la impulsión de e aire. La extracción también se realiza a conducto, debiéndose recoger el aire viciado mediante este tipo de unidades. Es importante mencionar que en este caso la rejilla ya no cumple una misión de reparto de aire, teniendo por lo tanto un perfil aerodinámico diferente a las que se usan para impulsión.
La circulación de aire a través de las lamas de las rejillas, al reducirse la sección de paso, da lugar a un aumento de velocidad, que deberá ser controlado para que no se produzcan ruidos excesivos o vibraciones, que darán lugar a un excesivo nivel acústico. Algunas rejillas poseen la posibilidad de variar la sección de paso y la orientación de las lamas ya sea mediante un procedimiento manual o automatizado, regulando de este modo el caudal de forma autónoma o en operación conjunta con los ventiladores.