La natación está considerada uno de los deportes más completos que se pueden practicar, por ello es importante que las administraciones faciliten instalaciones capaces de permitir la práctica de dicho deporte en las mejores condiciones posibles. En las
últimas décadas, la problemática asociada a la contaminación del aire interior ha ido ganando relevancia y conocimiento tanto en el ámbito profesional como en el público en general. Mediante la instalación de sistemas adecuados y con el mantenimiento y
el control correctos, se puede minimizar cualquier posible efecto adverso para la salud de los usuarios derivado de una mala calidad ambiental en interiores.
El aire en piscinas es una realidad compleja y el personal de mantenimiento necesita actividades formativas para conocer el funcionamiento básico de las diferentes etapas por las que pasa el aire en la bomba de calor deshumectadora. Es preciso potenciar
las supervisiones diarias por parte del personal de las piscinas y explicitar de forma clara las tareas de la empresa homologada que hará el mantenimiento preventivo, indicando las frecuencias de revisión.
Cuanto mayor sea la calidad del agua, menos subproductos de desinfección habrá que después pasarán al aire. Estos subproductos aumentan su concentración por la aportación de materia orgánica de los bañistas y de los productos desinfectantes añadidos al agua. Por estos motivos, es importante el cumplimiento de las normas de régimen interno (ducharse
antes de entrar en la piscina, usar adecuadamente cremas, etc.), el control diario del cloro combinado y la posibilidad de incorporar nuevos métodos coadyuvantes en la desinfección (por ejemplo, desinfección con lámparas de luz ultravioleta).
Se debe ir hacia una cultura de mantenimiento preventivo. Según sea el resultado de la inspección anual del estado higiénico, habrá que limpiar y desinfectar adecuadamente, registrar las operaciones y establecer nuevas actividades preventivas.