El exceso de humo, los malos olores y también la grasa que llega al aire en suspensión son problemas habituales en la cocina.
Sobre todo cuando estamos elaborando alimentos calientes sobre nuestros fogones.
Para ello, existe la campana extractora, un electrodoméstico que hoy en día ya es esencial en cualquier hogar. Se trata de la manera más sencilla y eficiente de eliminar estos efectos secundarios no deseados a la hora de preparar nuestros platos favoritos.
Sin embargo, no toda campana extractora es igual, y para elegir la que más nos interesa y que además mejor se adapte a nuestras necesidades hay que valorar cómo es cada una de ellas.
Y, primero, las condiciones del lugar donde se instalará.
¿Se trata de una cocina cerrada o de exterior? ¿Los fogones son dos fuegos eléctricos junto a la pared o un hornillo de gas en mitad de un recinto cerca de una ventana que da a la calle?
Todo ello influirá en el tipo de campana que necesitaremos.
Primero de todo, hay diferentes diseños de campanas extractoras de cocina:
- Campanas extractoras de pared. Son las principales, ya estén en horizontal o inclinadas hacia la zona de cocinado. Suelen ser atractivas para lucir bien en la cocina.
- Campanas extractoras en isla. Están diseñadas para las cocinas que se encuentran en un lugar sin paredes. Muy habituales en cocinas grandes de amantes de la gastronomía o incluso en lugares de enseñanza culinaria. Se sujetan al techo y cuentan con materiales inoxidables para ser agradables a la vista.
- Campanas extractoras ultraplanas. Están enclaustradas en la pared o en un mueble, pueden ser incluso extraíbles. Es posible guardarlas y el espacio que necesitan es menor. Son sin duda las más estéticas.
Más allá del diseño, se ha de entender que la campana extractora de cocina es muy diferente en relación a cómo aspira el humo y los otros elementos no deseados que aparecen en la cocción.