Si las familias y el personal escolar trabajan juntos, es más probable que se consiga buena ventilación en
las escuelas y todos se beneficiarán.
Los contaminantes y los olores se acumulan en el aire interior de las escuelas todos los días escolares. Los edificios escolares necesitan una buena ventilación para diluir esta contaminación del aire interior. De otra manera, las habitaciones serán sofocantes y malolientes y el aire puede ser insalubre y contaminado con los químicos procedentes de la limpieza, el control de plagas y el mantenimiento; las toxinas de los muebles y las alfombras; el olor corporal del personal y de los estudiantes; los productos utilizados en las actividades escolares y la contaminación proviniendo del aire libre, como los gases de escape. La ventilación debe:
• Dejar entrar el aire limpio del exterior
• Mezclarlo con el aire interior
• Filtrar el aire
• Distribuir el aire mezclado
• Expulsar parte del aire interior
Las escuelas también necesitan extractores especiales de humos en áreas que generan grandes cantidades de olores, humedad, calor o sustancias tóxicas, por ejemplo:
• Baños y cocinas
• Vestuarios y duchas
• Laboratorios, salas de arte y talleres