Además de lo mencionado en los apartados anteriores en torno a la instalación de sistemas de ventilación y filtrado del aire procedente del exterior, se pueden llevar a cabo otra serie de medidas cotidianas que desemboquen en una mejora de la calidad del aire. Vamos a ver a continuación algunas de las mismas:
- Tener precaución con los productos de limpieza empleados. Lo mejor es evitar lo máximo posible los compuestos químicos de dichos productos, sustituyéndolos por productos naturales no tóxicos.
- Evitar el uso de mobiliario, elementos de construcción y/o decorativos que desprendan sustancias contaminantes. Este caso es, por ejemplo, el de la pintura de pared donde lo más recomendable es usar pinturas de base acuosa sin disolventes.
- Los elementos que componen el mobiliario deben ser lo menos contaminantes posible, es decir, que sus emisiones de COV (Compuestos Orgánicos Volátiles) sean mínimas.
- Otros puntos clave y que pueden ayudar son la, la instalación de purificadores de aire o la presencia de plantas naturales que, además de darle un toque natural a las estancias, mejoran la calidad del aire de las mismas actuando como filtros naturales.
La calidad del aire interior de los centros educativos debe ser una prioridad por la importancia que tiene en la salud, el bienestar y el rendimiento de los alumnos y docentes que desarrollan su labor diariamente.
Por lo tanto, implementar un sistema de ventilación y filtrado que permita alcanzar los niveles de calidad exigidos e, incluso mejorarlos, se torna indispensable.
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