¿Qué podemos hacer si no disponemos de un sistema de ventilación en nuestras casas?
Primero de todo, tener unos buenos hábitos de conducta y conocer qué puede marcar la diferencia para limpiar el aire de nuestros hogares o, al menos, no contaminarlo.
- Al usar productos de limpieza, siempre han de estar abiertas las ventanas. Ante todo, antes de empezar a usarlos, y luego dejar que entre el aire del exterior al menos durante media hora. Aunque se haya ido ya el mal olor.
- Lo mismo puede aplicarse a la cocina, las ventanas han de estar abiertas antes de empezar a cocinar y durante 30 minutos después de apagar los fuegos. En este caso, también hay que contar con un extractor de humo y usarlo al máximo de potencia cuando lancemos humo.
- El polvo es uno de los grandes enemigos del binomio salud y calidad del aire. Es fácil, muy fácil, que se cuele en casa, sobre todo si a través de las ventanas entra la suciedad que se genera en exteriores. Así que hemos de ser extremadamente cuidadosos y quitar el polvo de los lugares donde no se ve. Detrás de la televisión, en los altillos y armarios, debajo del sofá y en aquellos lugares donde normalmente no miramos. ¿Tienes alfombra? Entonces el problema es mayor. No has de limpiarla cada semana, pero al menos un par de veces al mes conviene que la saques al exterior y que elimines el polvo que tenga almacenada.
- Las velas y los ambientadores han de reservarse para momentos indicados. En el primer caso, las celebraciones especiales y, en el segundo, solo con excesos de malos olores. Si usas refrescantes, mira que sean naturales.
- No uses estufas de combustión. Y ten presente que el aire acondicionado y la calefacción no eliminan el aire de baja calidad, para eso es necesario un sistema de ventilación.
Apostar por salud y calidad del aire es hacerlo por mejorar nuestras vidas y las de nuestros familiares. Así que no olvides tener presentes todas estas recomendaciones y empieza a respirar mucho mejor.