En el diseño y dimensionado de las campanas extractoras de las cocinas muchas veces prima el diseño sobre la técnica, descuidándose el control de los contaminantes que se desprenden de la cocción: vapores, humos, aceites, etc., que impregnan de olores y suciedad la propia cocina o incluso otras estancias de la vivienda.
CLAVES PARA UN CORRECTO DIMENSIONADO DE CAMPANAS EXTRACTORAS
Veamos cuáles son los aspectos más importantes para el correcto dimensionado de las campanas extractoras en cocinas domésticas:
- El caudal de aire debe ser el necesario para arrastrar y diluir los contaminantes desprendidos en la cocción de los alimentos y del calor de los gases de combustión; además, debe ser el mínimo técnicamente admisible para reducir el consumo.
- Es importante que la cocina presente una ligera depresión con respecto a los locales contiguos, para evitar que el aire contaminado que no capte la campana se distribuya a otras zonas de la vivienda.
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IMPORTANCIA DE LOS CONDUCTOS DE EXTRACCIÓN
Otro aspecto fundamental en el diseño e instalación es el conducto de extracción, pues un error puede reducir el caudal de extracción de la campana y generar ruidos molestos.
Los conductos de extracción deben ser independientes de otras extracciones o ventilaciones, y para optimizar la eficiencia de la campana, hay que limitar al máximo su longitud y el número de codos. Se aconseja el uso de conductos lisos, que son los que producen menor resistencia y ruidos; en caso de emplear conductos flexibles, estos deben instalarse totalmente extendidos (sin pliegues).
El diámetro del tubo será el especificado por el fabricante según el caudal de extracción y su sección no debe reducirse en todo el recorrido.
Es recomendable que los primeros 20-30 cm discurran en trayectoria recta vertical antes del primer codo.
¡Y muy importante! Cuando en la misma cocina se instalen la campana extractora y un calentador o caldera de gas de tipo atmosférico (equipos que consumen aire del ambiente para su combustión), debe instalarse un conmutador que detenga la campana extractora cuando funcione el calentador o caldera, para evitar que la depresión generada por la campana extractora pudiera producir una mala combustión por falta de aire o genere revocos de los productos de la combustión, contaminando el ambiente con gases dañinos (CO y CO2).